No, España no es un País diferente sino
un País que promueve la incultura. En términos Políticos, nuestras elites
carecen de sentido común y visión de Estado, nos someten a sus caprichos sin el
menor escrúpulo. No somos Ciudadanos sino Súbditos de una casta elevada a los
altares de la estulticia. Su único interés es preservar el orden actual porque
eso les permite seguir disfrutando de su cómodo sillón de poder.
Ahora bien, tenemos lo que nos merecemos.
Aquí va la muestra: Telecinco fue líder en audiencia el pasado mes de Julio y
no fueron contenidos culturales los que la auparon a tal posición sino Concursos
como Supervivientes
y personajillos de la talla
de Belén Esteban. Decir también que España es uno de los Países Europeos con
menor índice de lectura. No es de extrañar, que nuestros Políticos vivan
felices en su mundo imaginario.
Y tampoco debe sorprendernos que en el
camino de la cultura se coloquen obstáculos insalvables de forma que comprar
uno o dos libros al mes solo se encuentre al alcance de las clases más
pudientes.
Los motivos son dos. Por un lado, los
Editores no quieren saber nada del formato digital. Le tienen pánico a pesar de
que sus ventas crecen de forma exponencial cada año. Al igual que ha sucedido
con la música o las películas, una visión miope les impide aceptar las nuevas
tecnologías lo que, a la postre, conllevará el desarrollo de un mercado pirata. Por otro lado, la Ley
10/2007, de 22 de Junio, de la Lectura y de las Bibliotecas restringe la
competencia e impide que exista el libre comercio. Es muy sencillo: el Editor
fija el precio y el precio de venta al público solo puede oscilar entre el 95 %
y el 100 %. El resultado final es el encarecimiento de los Libros hasta el
punto de que se han convertido en un producto de lujo.
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