El descubrimiento de Tahití fue casual. Después de intentar
sin éxito encontrar agua y comida en las Tuamotu, la Fragata de Samuel
Wallis conseguia fondear en la Bahía de Matavai el 18 de Junio de 1.767.
Diez Meses más tarde, mientras Wallis regresaba a Inglaterra con la
Noticia del hallazgo, llegaba a Tahití Louis Antoine de Bougainville. Un
Pueblo numeroso disfruta de los Tesoros que la Naturaleza ha volcado a
manos llenas sobre él. En todo lugar veía reinar la hospitalidad, el reposo, una dulce alegría y sobre todo felicidad. La estancia de
Bougainville duró apenas una semana, el tiempo imprescindible para
proveerse de Víveres y lograr que sus Hombres se restablezcan de
Escorbuto. La Isla la llamo Nueva Citérea. Después llego el Capitan
James Cook. El Marino había sido Comisionado para trasladar a Tahití, la
Isla del Rey Jorge para los Ingleses, a los Astrónomos que iban a
observar el paso de Venus por el Disco Solar, previsto para el 3 de
Junio de 1.769.
El repentino interés de
Inglaterra por las Islas del Pacífico Meridional inquietó a la Corona
Española, hasta el punto de sospechar que el verdadero objetivo era
Fundar un Establecimiento en la Región, lo cual supondría una amenaza
para las Colonias Españolas en América, que más de una vez habían
sufrido el Saqueo de Piratas y Corsarios camuflados bajo Pabellón
Inglés.
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