El primer contacto con el esquí es duro. Al principio cuesta
habituarse a sentir que tus pies no responden y que te deslizas sin
control hacia delante y hacia atrás. El respeto intrínseco de las personas
a hacerse daño, lógicamente comprensible por cierto, nos cohíbe y
dificulta sentirnos cómodos sobre los esquís en nuestro primer contacto
con este deporte.
Lo normal es familiarizarse con las sensaciones del desplazamiento
sobre la nieve y con el equipo de esquí en la zona de debutantes. Esta
zona suele ser llana o tener una ligerísima pendiente para practicar el
deslizamiento con los esquís, a impulsarnos con los bastones, etc. Tras
algunos minutos, nos sentiremos más cómodos y nuestros movimientos serán
menos torpes.
Una vez habituados al medio, podemos poner en práctica la postura y
el deslizamiento directo en una pendiente un poco más pronunciada.
Debemos elegir un terreno con una ligera pendiente, con llano y
contrapendiente al final, para que sea el terreno el que nos detenga ya
que todavía no dominamos como frenar.
La postura y la mentalidad es esencial para que nuestros movimientos influyan
correctamente sobre el deslizamiento. La posición del cuerpo sobre los
esquíes, debe ser lo más relajada y cómoda posible, con la cabeza y
brazos libres de tensión, y colocando los pies en paralelo y separados
entre sí a la altura de nuestras caderas.
Una vez colocados en esta posición debemos centrarnos sobre el eje,
ni adelante ni atrás, manteniendo las rodillas semiflexionadas, de tal
manera que la pierna descanse sobre la parte anterior de la
bota. Los brazos separados, con las manos por delante, dejando caer los
bastones hacia atrás.
Conviene familiarizarse con distintas posturas y acciones propias del
esquí. Al inclinar el cuerpo modificamos la distribución del peso, lo
que afecta al movimiento de los esquís.
Si el peso recae en la parte anterior del pie, el esquí se
controlará, si nos inclinamos hacia los talones, perderemos el
equilibrio con mayor facilidad. Otro ejercicio interesante es inclinar
los pies apoyando el peso sobre los cantos, la famosa cuña, lo que permitirá, más
adelante, frenar en contra de la pendiente. También es importante lograr
el equilibrio sobre uno solo de los esquíes, levantando uno y otro
alternativamente.
En cualquiera de sus modalidades el esquí requiere unas pautas
previas para practicarlo antes de lanzarse montaña abajo. Para disfrutar
al completo del esquí es necesario tener una motivación, lo que ayuda
pasarlo bien, realizar un buen calentamiento previo, conocer las
indicaciones y señales para moverse por las pistas y tener un control
absoluto del equipo.
Además, de todo lo anteriormente descrito es importante el sentimiento y la mentalidad. Pero eso es común a cualquier deporte y cualquier cosa que queramos emprender en la vida.
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