viernes, 30 de diciembre de 2011

LA POSTURA Y LA MENTALIDAD


El primer contacto con el esquí es duro. Al principio cuesta habituarse a sentir que tus pies no responden y que te deslizas sin control hacia delante y hacia atrás. El respeto intrínseco de las personas a hacerse daño, lógicamente comprensible por cierto, nos cohíbe y dificulta sentirnos cómodos sobre los esquís en nuestro primer contacto con este deporte.
Lo normal es familiarizarse con las sensaciones del desplazamiento sobre la nieve y con el equipo de esquí en la zona de debutantes. Esta zona suele ser llana o tener una ligerísima pendiente para practicar el deslizamiento con los esquís, a impulsarnos con los bastones, etc. Tras algunos minutos, nos sentiremos más cómodos y nuestros movimientos serán menos torpes.
Una vez habituados al medio, podemos poner en práctica la postura y el deslizamiento directo en una pendiente un poco más pronunciada. Debemos elegir un terreno con una ligera pendiente, con llano y contrapendiente al final, para que sea el terreno el que nos detenga ya que todavía no dominamos como frenar.
La postura y la mentalidad es esencial para que nuestros movimientos influyan correctamente sobre el deslizamiento. La posición del cuerpo sobre los esquíes, debe ser lo más relajada y cómoda posible, con la cabeza y brazos libres de tensión, y colocando los pies en paralelo y separados entre sí a la altura de nuestras caderas.
Una vez colocados en esta posición debemos centrarnos sobre el eje, ni adelante ni atrás, manteniendo las rodillas semiflexionadas, de tal manera que la pierna descanse sobre la parte anterior de la bota. Los brazos separados, con las manos por delante, dejando caer los bastones hacia atrás.
Conviene familiarizarse con distintas posturas y acciones propias del esquí. Al inclinar el cuerpo modificamos la distribución del peso, lo que afecta al movimiento de los esquís.
Si el peso recae en la parte anterior del pie, el esquí se controlará, si nos inclinamos hacia los talones, perderemos el equilibrio con mayor facilidad. Otro ejercicio interesante es inclinar los pies apoyando el peso sobre los cantos, la famosa cuña, lo que permitirá, más adelante, frenar en contra de la pendiente. También es importante lograr el equilibrio sobre uno solo de los esquíes, levantando uno y otro alternativamente.
En cualquiera de sus modalidades el esquí requiere unas pautas previas para practicarlo antes de lanzarse montaña abajo. Para disfrutar al completo del esquí es necesario tener una motivación, lo que ayuda pasarlo bien, realizar un buen calentamiento previo, conocer las indicaciones y señales para moverse por las pistas y tener un control absoluto del equipo.
Además, de todo lo anteriormente descrito es importante el sentimiento y la mentalidad. Pero eso es común a cualquier deporte y cualquier cosa que queramos emprender en la vida.

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