viernes, 23 de diciembre de 2011

EL HARA EN LA VIDA DEL JAPONES

Pecho saliente, vientre metido. Un Pueblo que hiciera de este precepto un principio general, estaría en un gran peligro. Esto es lo que me dijo un gran Shihan o Maestro Japonés, hace ya algunos años. En aquel entonces no comprendí esa frase. Pero hoy sé que es cierto, y por qué lo es. Es la expresión de una mala actitud fundamental del hombre o, siendo más preciso, de una mala postura física que denota una mala actitud interior. ¡Cómo!, nos preguntaremos. ¿Es que el hombre debe de estar encorvado? Ciertamente que no. Debe, por el contrario, estar bien derecho. 
Desplazar el centro de gravedad hacia la parte de arriba y el hecho de seccionarse de ese centro, alteran el equilibrio natural entre tensión y aflojamiento, haciendo que el hombre oscile entre un estado de tensión y un estado de disolución. Y, ¿en qué puede esto constituir un peligro para un Pueblo? Las fuerzas internas obstaculizan la verdadera ordenación, porque ahí donde todo esta descentrado hacia la parte de arriba, no existe el verdadero centro.
¿Pero es que el centro natural del hombre no es el corazón? El hombre, al igual que todo ser vivo, no tiene sus raíces en sí mismo. Es, de hecho, alimentado y mantenido por la Naturaleza que impone sus leyes, sin que él mismo tenga de ello conciencia. El hombre está en contradicción con el orden de la vida, que es su soporte fundamental, cuando en su actitud, al desplazar su centro de gravedad de forma no fisiológica, está negando el centro que da testimonio original de este orden.
Así como la parte alta de un árbol sólo llega a su pleno desarrollo si éste está sólidamente enraizado, el espíritu sólo se desarrolla si no niega sus raíces. Pero el hombre pierde el contacto con esa vida original por una tensión exagerada hacia la parte alta, alterando así el equilibrio de sus fuerzas.
Allí donde prevalece la divisa "pecho saliente, vientre metido", es el YO el que reina como dueño y señor, y esta pretensión del YO es la que representa un peligro para el Pueblo.
Toda la sabiduría oriental, no es en sí una realidad exclusivamente oriental; tiene por el contrario, un valor humano universal del que se han ocupado mas los orientales que los occidentales.
Es imposible encontrar el centro interior, sin haber encontrado el centro del cuerpo. ¿Dónde se sitúa exactamente este centro? En la región umbilical o ventral, ligeramente por debajo del ombligo. HARA significa VIENTRE.
De todas formas seguiremos profundizando en las costumbre japonesas, ya que por la forma de sentarse un Japonés, se puede adivinar hasta dónde se ha occidentalizado.

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